lunes, 10 de septiembre de 2012

DOS AÑOS DESPUÉS



   ¡HOLA MISTERCITOS! ¿Seguís ahí o habéis volado todos en pedazos? Yo lo he hecho, pero he vuelto a juntar los trocitos y aquí estoy de nuevo, listo para comenzar una nueva etapa. De hecho la tengo ya preparada, con su cinta roja para cortarla el día de la inauguración.
   La última vez que escribí en el blog no contaba con desaparecer de un día para otro, pero la vida no siempre tiene en cuenta tus consideraciones y las cosas suceden del modo que mejor les parece. Sé que podría haberme despedido, contaros lo que estaba pasando, pero uno es una estrella y las estrellas no se despiden. Se piran sin más y ya está.
   Ahora en serio. Han sido dos años de ausencia, pero dos años en los que no he dejado de aprender de la vida, de alegrarme con sus caricias, de enfadarme con sus patadas, de estar eufórico, de estar apático. He estado observando todo lo que ocurre a mi alrededor, he comprobado que la mala gente parece ser peor, pero también la buena gente se esfuerza por ser mejor.  Podría decirse que el mundo va a peor, pero los que luchan por mejorarlo lo hacen con mayor ímpetu si cabe, así que hay esperanza. Eso no quita que poner la televisión, leer los periódicos, escuchar las noticias en la radio o echar un vistazo a la prensa digital se convierta muchas veces en un acto de fe.  A veces cruzo los dedos esperando escuchar una buena noticia, una de verdad. Creo que voy a dejar de hacerlo, se me están empezando a deformar de tanto cruzarlos. Pero es entonces cuando, de repente, un acto de bondad de alguien completamente anónimo se convierte en titular, cuando alguien en peor situación que la nuestra demuestra que siempre se puede seguir hacia delante, cuando alguien con menos medios hace más de lo que nosotros hemos hecho nunca. Por supuesto, luego siguen dando noticias de chorizos, charlatanes, estafadores, dictadores y gente intransigente. Vuelves entonces a darte cuenta de que el mundo está entrando en unos tiempos que empiezan a dar miedo, pero ya lo haces con algo de esperanza.
   Luego sales de tu casa y compruebas que la gente sigue siendo tan mal educada, individualista y egoísta como siempre. Pones un pie en la calle y a los diez minutos estás deseando comprarte un bosque en el que perderte para siempre pero, entonces, alguien choca contigo, se gira, te sonríe y se disculpa y ahí te das cuenta de que todavía hay esperanza.
   Vas a trabajar, a nadie le importa si estás bien o mal, si no estás en tu mejor día. Sólo les preocupa tu rendimiento, tu disposición y tu buena voluntad para con la empresa, esa buena voluntad que ellos nunca emplearán contigo, pero cuando menos lo esperas, alguien viene y se interesa por ti y, aunque tú digas que estás bien, se da cuenta de que no lo estás y te dedica unas palabras de ánimo y entonces sabes que todavía queda esperanza.
   Vuelves a casa de malhumor y allí las cosas no son mucho mejores. Todo son problemas y contratiempos. Te enfadas más todavía y te enzarzas en una discusión. Pero entonces os dais cuenta de que malgastar el tiempo en reñir os resta horas de disfrute y entonces os comprometéis a no iros a dormir esa noche con resentimientos y ahí entiendes que hay esperanza.
   ¿Qué quiero decir con todo esto, mistercitos? Pues que no os dejéis desesperar por los problemas, hasta en los mayores estercoleros crecen flores y en este mundo, muchas veces desalmado, hay más gente buena de lo que parece. Tened en cuenta esto, la vida es como los espejos. Sonreídle y os sonreirá, ponedle mala cara y os devolverá una imagen siniestra. Por eso, esta nueva etapa va dedicada a todas esas personas, a toda esa gente anónima  que no ocupa titulares en los periódicos y que cada día de su vida se esfuerzan por sacar de sus semejantes, al menos, una sonrisa. Va por vosotros.
   En cuanto a los otros, lo zafios, los déspotas y los prepotentes tan sólo decirles que el mundo no está en peligro por culpa de las malas personas sino por aquellos que permiten la maldad. Tened cuidado, tal vez un día se os acabe la buena racha.
   Pensad sobre todo esto y prometed que mañana intentaréis hacer que al menos una persona se sienta bien. Luego podéis contármelo aquí. Hasta entonces, no os vayáis muy lejos. Volveré pronto. A partir de ahora no escribiré como lo hacía antes, que publicaba prácticamente a diario, pero tampoco dejaré que pasen otros dos años hasta el siguiente post. Nos vemos en unos días, con cositas nuevas que poco a poco os iré mostrando hasta llegar a lo que yo llamo “el momentazo”. Os va a encantar, pero eso será un poquito más adelante. De momento un abrazo y…

   ¡Empezamos de nuevo, mistercitos!


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